EL CINE EN E/LE : LEYENDO IMÁGENES

El cine, desde sus inicios, produjo una revolución social y cultural y su influencia ha sido siempre tal, que en muchas ocasiones se ha llegado a tomar como una herramienta ideológica.

Es obvio por ejemplo el efecto que pretendían ejercer en el espectador películas como Raza (1941) o Tierra sin pan (1933) de Luis Buñuel. Al principio no eran más que pedacitos de realidad que entraban en la vida de los espectadores y cuya duración era de escasos minutos.

En el público, esta nueva forma de expresión caló inmediatamente, no fue así sin embargo en los intelectuales de la época ya que algunos mostraban una cierta indiferencia hacia el fenómeno (Amorós, 1991:192).

Con el paso de los años el cine siguió creciendo en su importancia y en su repercusión en las distintas culturas. Sus películas se consideraban en muchas ocasiones un patrón de conducta, como hemos dicho anteriormente, pero también mucha gente iba al cine porque con ellas se divertían, se ilusionaban y se evadían de los problemas que diariamente tenían.

Tal vez hoy en día no han cambiado tanto las cosas y el cine también puede entenderse como algo que nos entretiene, nos evade y nos divierte, es más, en muchas de nuestras aulas de ELE se ha considerado siempre así.
Podemos acercarnos, aunque no sea físicamente, a otros países a través del cine, nosotros como espectadores hemos tenido con anterioridad la experiencia del estadio del espejo, construyendo un mundo sin que tengamos que reconocernos a nosotros mismos (Zunzunegui 1989:151) .

Es como un puente de comunicación entre las diferentes culturas donde a través de él podemos observar historias, costumbres, hábitos, idiomas y vidas muy diferentes de las que nosotros vivimos.

Esta es la introducción a una ponencia que presenté en unas jornadas a las que asistí el pasado abril en la Universidad de San Clemente en Sofía (Bulgaria) – por cierto, preciosa ciudad, lo pasamos en grande –

Si os interesa, aquí podéis consultar el documento completo. Espero que os sirva